El pasado 31 de Mayo acudí con toda mi familia a Lloret de Mar. Allí había decidido casarse uno de mis primos por parte de padre. Alex, el novio, es hijo de la hermana de mi padre. Es el primo pequeño, por tanto, de alguna manera, sentía que se cerraba un ciclo, abriendo camino a la siguiente generación.
Era una boda en la playa, en un paraje especial, en el hotel Santa Marta, enfrente de la playa de Santa Cristina. Me encanto el entorno. El lugar donde se celebraba la ceremonia era como una meseta donde se veía el mar, con su gran presencia como siempre, nos acompaño como especial decorado para el enlace.
Esta vez la ceremonia la oficiaba mi prima Pilar, que es secretaria judicial y de traductor le acompañaba mi marido ya que era un enlace multicultural, acudían personas de muy diversos lugares: UK, España, Francia, EEUU... También hablaron una amiga de la infancia de Leila y yo también participé.
Recuerdo cuando mi primo me dijo si quería leer, me hizo especial ilusión. Siempre me gusta expresarme en estos acontecimientos, y más ahora que comprendo más aún si cabe la vida, me permite expresar mi visión de cómo veo las cosas, o más bien, de cómo la vida me lo va mostrando.
El texto versaba sobre «el sentido del amor en pareja».
¿Por qué nos unimos? ¿qué sentido tiene?
El recorrido en pareja, es un viaje espiritual,
Que le pertenece a dos almas que se eligieron antes de nacer,
Y que se encontraron,
no antes ni después,
sino justo cuando tenía que ser.
Nos unimos para sentir, experimentar y crecer.
El amor en pareja nos lleva a vivir el amor incondicional,
para sentir el “te amo tal y como eres”, sin condiciones ni juicios.
Para vivir un espacio que permite a las partes ser completamente ellas,
que se puedan manifestar en su totalidad,
bajo su autenticidad y sin miedo al rechazo.
Porque el amor no busca cambiar, sino comprender.
Porque es en esos momentos cuando los ojos del corazón priman frente a los de la razón.
Son encuentros en donde cada mirada son un espejo.
No es casualidad que uno refleje al otro,
aquellas partes que ahora buscan su lugar.
Suele pasar que uno trae consigo algo que el otro aún no ha desarrollado.
Y es como si el universo nos regalara la oportunidad de integrar en nosotros, aquello que todavía no hemos aprendido, pero que el otro ya lo lleva dentro.
Es el regalo que nos trae la vida,
para darnos cuenta e integrar cada uno su parte,
y así permitir el crecimiento en paralelo,
dando luz a aquello que antes permanecía oculto.
Porque al final, todos los encuentros tienen su sentido.
La unión se podría definir como “amor en acción”,
dos universos que se entre-lazan para co-crear algo nuevo.
Nuevos sueños, nuevos planes… nuevos proyectos sentidos.
Cada uno trae consigo un cosmos único, con sus propias estrellas, sus paisajes, sus deseos y vivencias. Y al unirse, estos mundos no se pierden ni se desdibujan, sino que se fusionan creando algo nuevo, algo más grande que la suma de sus partes: ya sea un proyecto, una familia o incluso una visión de cómo queremos impactar en el mundo.
Nos invita a seguir un propósito común, algo que trasciende los intereses individuales y que se convierte en una misión compartida.
Son uniones en muchos casos ya escritas,
por eso en los encuentros se produce un cierto “reconocimiento”.
Y es que,
lo que está escrito
es destino,
y si es destino,
no hay nada que hacer,
porque el destino,
simplemente
“es”

Estos son los 3 principales motivos de las uniones
UNIÓN = EXPERIMENTAR AMOR INCONDICIONAL + HACERSE DE ESPEJO PARA CRECER + CREAR ALGO JUNTOS
Y la cuestión no es si estos motivos se va a cumplir en la unión, sino que es la unión lo que les va a llevar a ello.
En realidad la unión en pareja está muy romantizada pero es un viajazo en toda regla.
Primero, porque no se une una persona con otra, sino que se unen dos sistemas familiares. Nos vinculamos con todo eso, aunque no se vea. Nos encontramos con los valores, las heridas, los duelos y las fidelidades del otro sistema. Por eso estar en pareja también es un acto de reconciliación de linajes. Es incluir la historia de cada uno, con respeto, con apertura, entendiendo que el otro es parte de un río que viene de lejos.
Uno de los temas que hablé y que veo más remueve es el del «amor incondicional«, porque la gente viene a decirme: «eso, eso que hablas del amor incondicional me gusta». Y es que muchas veces las personas por miedo o por costumbre, tendemos a cambiar o a juzgar a la pareja. Muchas veces, la otra parte se desdibuja, simplemente desaparece ante la crítica de la otra. Muchas veces jugamos y criticamos a la otra parte porque es lo que hemos aprendido o porque simplemente no conocemos lo que hay detrás.
Básicamente, todos somos, hacemos y actuamos por unos motivos concretos. Eso no significa que yo me tenga que mantener rígid@ en cambiar nada de mí, eso significa aprender a mirar a la otra parte con amor, incluso las partes que menos me gustan. Ya está, así de simple. Ese el para mí uno de los mayores aprendizajes del ser humano. El» te amo tal y como eres». El «respeto tu esencia».

Otro tema que abordé es el de que nos hacemos espejo para crecer. En realidad todos nos hacemos de espejo entre todos, todo el tiempo. Porque es lo que yo veo con mis ojos, veo lo de fuera. Porque mis sentidos están preparados para lo de fuera, por eso me cuesta más ver lo que hay dentro.
Y es una herramienta de crecimiento brutal cuando uno en vez de juzgar al otro lo observa como un espejo. Si yo uso al otro como un reflejo de mí: que puede ser que me guste, que no me guste, que esa parte que veo de mí la rechazo o que veo que no está porque no está desarrollada…
Y claro está, en las parejas ese espejo se produce de manera diaria y constante. De hecho, las uniones suelen estar planificadas para que una parte lleve una cosa y la otra parte otra cosa, y así ambas integren todo.
Lo que yo no traigo y trae mi marido, yo lo integro en mí.
Lo que yo traigo y mi marido no, lo integra mi marido.
Os voy a poner un ejemplo de mi unión con mi marido. Cuando yo le conocí se dieron las circunstancias de que sus padres vivían en Fuerteventura y por tanto íbamos a visitarles y convivimos con ellos durante una semana en verano. Esos momentos fueron perfectos para yo observar nuevas dinámicas familiares, diferentes a las que yo había vivido con mi familia.
Por ejemplo, sucedía que entre ellos se pedían ayuda todo el tiempo. Mi suegra le pedía a mi suegro que le cogiera algo que estaba alto, mi suegra le pedía a su hijo que comprara fruta, mi marido le pedía a su padre que nos fuera a recoger a tal sitio… y así. Y me parecía muy curioso porque en mi familia no era habitual pedirnos ayuda, nos costaba mucho. No nos dábamos el permiso de pedir ayuda. Y así es como lo ví, y así es como lo integré.
El «pedir ayuda» es la parte que traía mi marido para que yo la integre en mí. Y así se produce el crecimiento en mí. Y mi marido por supuesto también ha crecido a partir de mí. Siento que una de las partes que yo le he traído es la espontaneidad, pues ahora es mucho más que cuando yo le conocí. Y así, así es como se produce el crecimiento en paralelo.
Seguro que si paras y observas, verás aquellas partes que trae la pareja para que tú la integres. Esto es una de las cosas que más me gusta que forman parte de una vista consciente, el observar sin juicio.
OBSERVO PARA COMPRENDER

Y bueno, por último, el motivo más obvio de la unión es el de crear algo juntos, por ejemplo, tener hijos juntos.
Si bien es cierto que no todas las uniones tienen como destino el crear una familia con hijos. Esa es una de las misiones más habituales:
Hacer de portal para que nuevas almas entren a la Tierra
Sin embargo, existen otro tipo de misiones, en base a lo que haya querido y decidido experimentar el alma antes de bajar a la Tierra.
Pueden tener misiones compartidas referentes a…
- crear comunidad
- ayuda en el impacto medio-ambiental
- divulgar sobre una temática en concreto
- experimentar el amor incondicional a partir de la invalidez de uno de ellos
- generar un impacto positivo en el mundo juntos a través de la tecnología
- etcétera…
Existen muy diversas misiones compartidas que una pareja decide experimentar a través de su unión.
Y son esas misiones compartidas las que definen la duración de la relación. Pues cuando ambas almas dejan de compartir misión, las almas se separan para empezar nuevos caminos, quizás nuevas misiones con otras almas que encontrarán por el camino.
Y es que en realidad todo lo que hay detrás es álmico. Eso significa que todo está en aras del crecimiento.
Eso es lo único que le interesa al alma, ya sea a través de experiencias X y Z, siempre busca el crecer.
Por eso siempre se dice que…
TODO ES PERFECTO
PORQUE TODOS ESTAMOS DONDE TENEMOS QUE ESTAR
PORQUE TODOS ESTAMOS DONDE NUESTRO ALMA DECIDE ESTAR
DONDE ESTAMOS Y COMO ESTAMOS ES LA FORMA ELEGIDA PARA CRECER
POR ESO NO HAY ERROR NI EQUIVOCACIÓN
PORQUE LO QUE HAY DETRÁS
NO ES UN CUERPO
ES UN ALMA DENTRO DE UN CUERPO
ES UNA LUZ QUE VIENE A EXPERIMENTAR.
Y LO QUE UN DÍA ESE ALMA DECIDIÓ, ASÍ SE CUMPLIRÁ,
PORQUE NADA QUEDA A LAS MANOS DEL AZAR
NADA QUEDA FUERA DE LOS PLANES DE DIOS
